Relato ético

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Este es el documento final acordado por el foro.

22/2/2021 | Tolosako Bizikidetza Foroa

Somos conscientes de que en nuestro país se han dado y se siguen dando muchos —demasiados— tipos de sufrimiento y situaciones desagradables. La falta de libertad, la persecución, las faltas de respeto hirientes y las vulneraciones graves de derechos se han producido y, en parte, se siguen produciendo. Todo ello ha dado lugar a profundas fracturas y trincheras en las relaciones entre las personas. Entre nosotros ha predominado y se mantiene en parte la dinámica de identificación de “los nuestros” y “los otros”. Esta dinámica sigue condicionando la aproximación y la percepción de los diferentes sufrimientos, añadiendo al dolor sufrido negación, desprotección o desprecio. Nosotros queremos romper esa dinámica, y a la hora de reconocer a las víctimas de nuestro pueblo, no queremos hacer diferencias entre quienes han ejercido o sufrido la violencia.

Y ello nos ha llevado a buscar una serie de criterios éticos básicos compartidos para poder así entender el sufrimiento generado por esas violencias. Esto nos lleva a propugnar una reivindicación integral de los derechos, que durante años se han reivindicado parcialmente. Desde este punto de partida común, reconocemos que todas las personas que han sufrido vulneraciones de sus derechos humanos son víctimas. Construir la convivencia supone la aceptación incondicional del respeto a la dignidad humana de todas las personas. La aceptación del respeto de todos los derechos humanos como base ética compartida implica el rechazo de todas las vulneraciones. Es decir, el reconocimiento de la injusticia que suponen todas las vulneraciones.

No pretendemos equiparar a todas las víctimas, pero sí mirar todas las vulneraciones por igual. A todas las víctimas les debemos el derechos a la verdad, la justicia y la reparación. Ya sean víctimas de la violencia de ETA o de organizaciones afines (CCAA), ya sean víctimas de grupos armados ilegales promovidos por el Estado (GAL) o de violencia de ultraderecha (Triple A, BVE…), o de la policía.

Queremos hacer nuestro el sufrimiento de todas las víctimas. Queremos manifestar que este tipo de vulneraciones nunca debieron producirse, ni antes, ni ahora, ni en el futuro. Todas estas vulneraciones han causado un sufrimiento irreparable en muchas personas y familias, y reconocemos que muchas veces no hemos sido capaces de dar el apoyo y el acompañamiento que necesitaban. Somos conscientes de que siguen siendo necesarios el apoyo y reconocimiento colectivo del sufrimiento y de las heridas que aún perviven. Y la mejor aportación que podemos hacer es poner nuestro grano de arena para que estos hechos no se repitan en el futuro, ratificando un compromiso firme e incondicional con los derechos humanos.

En la actualidad existen todavía situaciones de sufrimiento. De cara al futuro y a fin de seguir profundizando en la convivencia, tenemos un gran reto: hacer extensible a la sociedad las dinámicas para gestionar los desacuerdos entre diferentes que hemos aplicado en nuestro grupo. Cada cual desde su posición tiene diferentes formas de dar respuesta a las divergencias políticas actuales. No obstante, y sin renunciar a ello, compartimos la necesidad de una gestión reglada de las discrepancias ideológicas. Compartimos la necesidad de gestionar las discrepancias por los cauces pacíficos y democráticos que garantiza un Estado de Derecho Democrático y Social basado en los Derechos Humanos*. Porque nos debemos mutuamente una convivencia construida desde el respeto a la dignidad humana y el diálogo honesto.

* Un miembro del Foro no puede aceptar este texto porque en su opinión es imprescindible que conste: “Compartimos la necesidad de gestionar las discrepancias desde el respeto a los Derechos Humanos y al marco legal del Estado de Derecho Social y Democrático (la Constitución, en nuestro caso)”..