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Sentando las bases del grupo. En el curso 2013-2014 se fijan los objetivos del grupo, los temas, las dinámicas de trabajo y los criterios que permitirán el diálogo. Paralelamente, se prepara la presentación pública del grupo.
Una vez formado, el grupo comienza su andadura bajo el nombre de Foro de Convivencia. El 8 de mayo, en la primera reunión celebrada en la Casa de Cultura de Tolosa, se explican las razones de la ampliación del grupo, haciendo hincapié en que todos los participantes lo hacen a título personal y no como representantes de ningún grupo, aunque representen una amplia diversidad ideológica. En las reuniones iniciales se reúnen 15 personas: 12 hombres y 3 mujeres. En la primera convocatoria realizada por el grupo se indica que el idioma de trabajo será el euskera, si bien cada cual podrá usar aquel en el que se sienta más cómodo. Se acuerdan unas bases para el funcionamiento del grupo: En primer lugar, no es necesario estar de acuerdo en todo, pero en las acciones a realizar en nombre del grupo debe existir unanimidad; en segundo lugar, antes de llevar a cabo una acción concreta a nivel local, hay que crear un clima de confianza dentro del grupo, tanto para expresarse como para escuchar. Desde el principio prevalece la necesidad de hablar, de escuchar a los demás y el interés por realizar una aportación a nivel local. Al comenzar a definir los temas a tratar y los objetivos del grupo se constata la necesidad de apoyo externo. Así como la necesidad de una metodología para dinamizar las conversaciones. Por ello, a partir de octubre, Aitziber Blanco, que ha participado en el proceso, se incorpora como facilitadora hasta la disolución de la asociación denominada Lokarri y bajo el nombre de Berbari Leku más adelante. Su trabajo ha sido subvencionado por el Ayuntamiento de Tolosa y la Diputación Foral de Gipuzkoa.
En noviembre de ese mismo año se celebra la primera reunión con los representantes políticos del Ayuntamiento de Tolosa para dar a conocer el Foro, solicitar su visto bueno y apoyo, y promover vías de colaboración. El Foro acuerda lo que desea comunicar a los representantes políticos en dicha reunión. Con el objetivo de realizar una aportación a nivel local, se prevé realizar una presentación pública del Foro en diciembre. Se comienza a preparar la presentación y el foro aborda una serie de temas, pero se constata que los asuntos que se quieren tratar requieren de conversaciones profundas y serenas, es decir, se necesita tiempo. Por tanto, cobra gran importancia la compatibilización de ambas dinámicas, la reflexión interna y la acción pública. Y para avanzar, se establece un plan de trabajo que responda a esta reflexión. Se observa que las conversaciones y las decisiones adoptadas durante los últimos meses han contribuido a construir un marco de confianza y respeto entre los miembros del Foro. Y que el compromiso de contribuir a la convivencia en Tolosa es compartido. Todo ello ha permitido crear las condiciones necesarias para abordar los complejos temas que se recogen en la agenda del Foro, es decir, suficientes como para llegar a unas conclusiones compartidas mínimas tras analizar en qué puntos hay acuerdos y en cuáles no. Por lo tanto, en los meses siguientes se procede a la reflexión interna y a la preparación de la presentación pública. En principio, la dinámica de trabajo asumida supondría analizar la conveniencia de preparar una presentación para cada tema tratado.
En las primeras reuniones del 2014 se aborda una cuestión de gran importancia a lo largo de todo el proceso: el procedimiento para la toma de decisiones. Se acuerda que las decisiones sean tomadas por unanimidad y con la participación de todos sus integrantes, conscientes de la importancia que ello tiene en la dinámica del grupo. Cuando el debate sobre un tema se hace imposible, se propone posponerlo hasta que se den las condiciones adecuadas para volver al mismo. Esto significa tener en cuenta y respetar los ritmos y necesidades de cada miembro del grupo. A pesar de haber acuerdo al respecto, se observa un riesgo: el ejercicio del derecho de veto o la posible paralización continuada de ciertos debates. En la evolución del proceso se vivirán este tipo de situaciones y se trabajarán diferentes tipos de consenso en función del proceso acordado en cada momento,
Por lo tanto, se procede a tratar los temas de la agenda, pero antes de abordarlos y a fin de fomentar el conocimiento y el entendimiento mutuo, se plantea la siguiente pregunta: ¿Cómo hemos vivido los últimos 50 años? ¿Cómo ha vivido cada uno lo ocurrido en los últimos años? Este ejercicio supone realizar una
biografía de cada uno de las personas del Foro, escuchando y recogiendo experiencias y opciones diversas. En la sesión de febrero, por ejemplo, se recoge lo que sentimos al hablar y escuchar en la anterior: nerviosismo, honestidad, aceptación, interpelación, dificultades para escuchar sin juzgar, cercanía a nivel personal, posibilidad de mostrar contradicciones… Posteriormente se realiza un primer intento de extraer una conclusión mínima compartida de lo escuchado. Este ejercicio pone de manifiesto la necesidad de profundizar en ciertos temas. Y de este diálogo surge el siguiente tema a tratar: memoria, relato/narración e historia. Asimismo, en las siguientes reuniones se decide llevar a cabo un acto público antes del verano, aunque las necesidades y motivos para dar este paso sean diferentes. Con el fin de que la preparación del evento no dificulte la reflexión interna, y que el grupo no se encuentre en la tesitura de tener que llegar a acuerdos precipitados, se decide que el evento tenga como objetivos retratar la diversidad del grupo y señalar que es posible el diálogo entre diferentes. La mayor parte de los trabajos preparatorios quedan en manos de algunos miembros del Foro, quienes fijan los temas de las reuniones.
En la reunión del 8 de mayo se aborda el tema del “Relato”. Como punto de partida de este trabajo se intenta responder a las siguientes preguntas: ¿Para qué puede ser útil? El relato de qué (de la violencia, de las vulneraciones de derechos, de las causas, de los sufrimientos? ¿Es posible un solo relato o deben ser múltiples? ¿Desde qué punto de vista se recoge lo sucedido? ¿Desde qué fecha se empieza? ¿Dónde se sitúa? Estas preguntas son recogidas en un cuestionario previamente enviado a cada participante. En cada reunión se recogen las reflexiones y temas de debate que se seguirán desarrollando en las reuniones siguientes.
El 11 de junio se presenta el Foro de Convivencia de Tolosa como grupo en el Salón de Actos de la Casa de Cultura. Se realiza una convocatoria lo más amplia posible para el evento, enviando invitaciones directas a los diferentes agentes políticos y sociales de Tolosa, ya que el acto se presenta como un punto de encuentro. En el acto se explica la trayectoria del Foro: sus comienzos, sus objetivos y su dinámica de trabajo basada en el diálogo honesto y el respeto mutuo. Seguidamente cada miembro expone las razones por las que participa en el Foro y comparte su visión personal sobre el mismo. A continuación se abre un diálogo con los ciudadanos asistentes. Finalmente, el Foro se compromete a continuar trabajando en el futuro, combinando la reflexión interna y la organización de eventos públicos. El acto pone de manifiesto la gran diversidad de las trece personas que integran el Foro, lo cual genera una gran repercusión mediática, tanto en Tolosa como en otros ámbitos. En lo que se refiere a la gestión de las entrevistas de los días siguientes, se acuerda que se hagan por parejas y se ciñan al mensaje del grupo. Esta cuestión será vivida por parte de algunos miembros del Foro como una restricción a la hora de expresar las visiones personales.
El 2 de julio, en la última reunión previa al verano, se realiza una valoración del evento. Cada uno de los miembros del Foro comparte lo que ha sentido y lo que supuesto dar a conocer el grupo. El balance es muy positivo, sobre todo en la medida en que ha contribuido a reforzar la confianza y cohesión interna del grupo. Asimismo, la presentación ha generado una serie de expectativas a nivel local que se asumen con responsabilidad y compromiso. El debate sobre el uso de la lengua en la formación se intensifica. Si bien una de las características del Foro ha sido el uso del euskera en sus sesiones, al dar el salto a la esfera pública, y con el fin de garantizar una participación lo más amplia posible, se acuerda que las comunicaciones sean bilingües. Por lo tanto, la presentación supone estabilizar la composición y el funcionamiento del grupo y se fijan las tres líneas de trabajo que servirán de guía en el futuro: 1- Reflexión interna, 2- Organización de eventos específicos para el municipio, y 3- Consolidación de las relaciones y la colaboración con los diferentes sectores de la ciudad.
A la vuelta del verano se abordan tres trabajos que responden a las tres líneas de trabajo definidas en la última reunión: 1- Continuación de la reflexión sobre el relato, 2- aproximación a las víctimas y 3- preparación de un evento en fechas significativas de otoño. En las siguientes reuniones se inicia la organización del acto de otoño, que se vinculará con el acercamiento a familiares de víctimas mortales, para lo que se acuerda la fecha del 10 de noviembre. Siendo el 10 de noviembre la fecha en la que las instituciones recuerdan la memoria de las víctimas, es importante conocer si el Ayuntamiento tiene previsto algún evento. Sabiendo que desde el Ayuntamiento no hay nada programado, el Foro toma la iniciativa de organizar un acto de reconocimiento o recuerdo a las víctimas locales. Para la preparación del evento se
debate en el grupo el porqué de un evento de este tipo, así como sus objetivos. Se proponen diferentes tipos de eventos, y se observa la necesidad de un trabajo cercano con las víctimas, pero no se cuenta con el tiempo necesario para tratar la cuestión con el cuidado y la tranquilidad que requiere. En consecuencia, se decide que lo más apropiado es realizar un sencillo acto en la plaza Pizkunde, trasera del Palacio de Aramburu, al que se invita a todas las víctimas, dejando para más adelante las labores de acercamiento a las mismas. Tras diferentes conversaciones, el Foro decide continuar y comienza a consensuar el mensaje que quiere transmitir a las víctimas y a la sociedad. Como punto de partida se elabora un borrador basado en las ideas planteadas en relación a los objetivos. A medida que profundizamos en el trabajo, el grupo toma conciencia de las múltiples aristas del asunto y de la complejidad del mismo, así como de la falta de tiempo para un tratamiento exhaustivo. Finalmente, mediante correos electrónicos y reuniones se consigue consensuar el “mensaje” leído el 10 de noviembre en la plaza Pizkunde. Pero este acuerdo no cierra el debate sobre el tema. De hecho, en años posteriores, el grupo seguirá profundizando en torno a las víctimas, la violencia y los derechos humanos. En total se celebran seis reuniones —las últimas con una periodicidad de quince días— con ciertas dificultades para garantizar la participación de todos los miembros del grupo.
En la reunión de noviembre se realiza una valoración del evento y de su preparación. Por un lado, el ejercicio realizado para consensuar un mensaje pone de manifiesto que llegar a consensos no es una tarea fácil, que la reflexión sobre temas que nos afectan de un modo más íntimo requiere de tiempos propios y que la existencia de un horizonte temporal no ayuda a ello, pues aumenta las incertidumbres y preocupaciones generadas por la urgencia. Pero al mismo tiempo se pone en valor la capacidad de esta dinámica para generar movimientos en el grupo y para hacer patentes las propias limitaciones. En este sentido, se considera necesario atenerse al procedimiento de conducción de los debates en el grupo: dejar claro si entendemos del mismo modo las decisiones tomadas como colectivo, garantizar una participación igualitaria —por ejemplo, la realización de debates en las reuniones y no por correo electrónico—, no cuestionar los avances logrados y responsabilizarse de los mismos, y analizar las diferentes formas de dar cabida a todas las personas. Por último, y de cara a futuros eventos, se considera más adecuado establecer objetivos más asequibles para evitar, en la medida de lo posible, el desasosiego, las preocupaciones y las incomodidades que ha supuesto el abordaje de temas para los que no hubo preparación suficiente, y garantizar de este modo el cuidado mutuo. En adelante, los eventos que se organicen se basarán en gran medida en lo aprendido en esta experiencia. Así pues, estos últimos meses han tenido una gran influencia en la dinámica del grupo.
El día 3 de diciembre, en el diario El País, aparece una entrevista realizada por Luis Aizpeolea a Jose Agustin Arrieta, Pello Atxukarro, Antton Izagirre y Xabi Maiza. El título de la entrevista es ”Empezar a hablar” y se realiza en la misma sala de la Casa de Cultura donde se reúne el foro. El foro comienza a convertirse en un agente social.
En reuniones posteriores , se procede a la preparación del evento previsto para el 10 de diciembre. Una vez más, viendo que el Ayuntamiento no tiene nada programado, el grupo toma la iniciativa de celebrar este Día Internacional de los Derechos Humanos. El objetivo principal de este evento, al igual que el del acto anterior en recuerdo a las víctimas mortales, es reconocer y recordar a las víctimas de otras vulneraciones de derechos. Se espera que sea un complemento a los progresos realizados y que sirva para interiorizar todas las perspectivas y necesidades del grupo. Sin apenas tiempo para entrar en debates profundos, se acuerda partir de documentos ya consensuados por el grupo y recoger artículos de la Declaración de los Derechos Humanos que se refieran a derechos vulnerados en nuestro entorno, citando algunos ejemplos. En relación a este último tema se expresan distintas opiniones y finalmente se concluye que lo más adecuado es utilizar la información recogida en el siguiente informe: Informe de “Vulneraciones de derechos humanos en el caso vasco entre 1960 y 2013”. El procedimiento de trabajo consistirá en tomar un borrador realizado por un miembro del grupo y realizar aportaciones al mismo mediante correos electrónicos y unas pocas reuniones. El cansancio es un problema en los miembros del grupo e influye en la participación, por lo que la elaboración del cuaderno que se repartió en el acto celebrado el 10 de diciembre en la plaza Zerkausia, queda en manos de dos miembros del Foro. Este cuaderno, que funciona a
modo de panel de presentación del Foro, es diseñado por Zigor Agirrezabala y editado gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Tolosa. Al igual que en el evento anterior, se combina la música con la lectura del cuaderno. En esta ocasión la asistencia es menor. El tiempo tampoco ayuda. En los días siguientes se intenta organizar una nueva reunión, que finalmente se fija para el 7 de enero.
Se han realizado más de quince reuniones este año, superando la periodicidad de un mes, las cuales se han centrado mayormente en la organización de eventos y en el abordaje de los profundos debates que ello ha generado. En consecuencia, apenas hay lugar para tratar el tema de la memoria, relato/narración e historia iniciados el 8 de marzo.