2016 Kronika

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En enero de 2016 se acuerda el plan de trabajo anual. Como en años anteriores, se decide continuar con la organización de eventos y la reflexión interna puesta en marcha en torno al Relato. Así como realizar una evaluación en junio y concretar los siguientes pasos.

Por otro lado, el Foro adquiere personalidad jurídica. Hasta este momento, y a la vista de las conversaciones mantenidas sobre el relato, consideramos que hemos desarrollado el segundo de los objetivos marcados. Es decir, “escuchar, conocer e intentar comprender las múltiples lecturas que tenemos ante lo sucedido”. En los papelógrafos completados hemos ido construyendo un Relato poliédrico, sin querer justificar nada ni hacer un relato histórico, hemos recogido lecturas diversas y contradictorias de cada uno. En principio, la fecha desde la que se comenzaba contar fue el año 1960, pero las vivencias aportadas por cada uno al compartir su relato han supuesto contemplar fechas anteriores, por lo que tras debatir el tema, se da por buena la elección de la fecha que cada uno necesita para realizar su relato. Al escuchar estos relatos poliédricos nos damos cuenta de la influencia y la importancia que ha tenido el contexto en cada uno de ellos y se manifiesta la voluntad de profundizar en determinados aspectos: cómo hemos entendido y entendemos la democracia, lecturas diferentes de la violencia, conflictos que han surgido. Aceptada la necesidad de relatos diversos, comienza a expresarse la necesidad de un Relato ético.

En la siguiente reunión del mismo mes queda en evidencia la complejidad de escuchar los distintos relatos, la capacidad que tienen de rememorar vivencias y emociones, y la necesidad de avanzar. Se percibe la necesidad de organizar y concretar mejor todo lo tratado, teniendo en cuenta todas las aristas existentes, con el fin de comprender mejor lo sucedido. Surge la preocupación de cómo recopilar y socializar el trabajo que estamos realizando.

En la medida en que mirar al pasado supone mirar y remover nuestro interior, tratamos de crear las condiciones adecuadas para dar continuidad a esta tarea. La próxima reunión la organizamos el sábado por la mañana, con tiempo para hablar y dar un impulso al tema. Somos conscientes de que estamos haciendo nuestro propio camino y ensayamos una nueva metodología para llevar a cabo nuestra conversación. Definimos un eje cronológico que va desde 1936 hasta la actualidad, y definimos una serie de contextos concretos: Guerra civil, franquismo, transición y democracia. En una columna recogemos algunos de los nudos que hemos nombrado hasta ahora: conflicto político, violencia(s) y conflicto político + violencia. En la reunión celebrada en marzo, realizamos una amplia reflexión sobre el “conflicto político” y organizamos en un cuadro lo recopilado en los papelógrafos. Asimismo, a medida que avanzamos, nos encontramos con la imposibilidad de acordar un único relato. Por tanto, a la hora de mirar al pasado, decidimos que, además de la lectura poliédrica de los acontecimientos realizada hasta ahora, deberíamos ser capaces de acordar una conclusión ética mínima de lo sucedido. Somos conscientes de que estas dos lecturas tienen características y objetivos diferentes y, así, comenzamos a concretarlas. Por otro lado, nos preocupa saber dónde nos llevan nuestras reflexiones, si estamos cumpliendo con los objetivos marcados, si la reflexión se está alargando y cómo recoger el trabajo realizado. En la reunión de abril, en la que, a diferencia de otras, conseguimos reunir a todos los miembros del grupo, damos un impulso a esta tarea. Para avanzar, afirmamos la necesidad de establecer una brújula y creamos un nuevo esquema que organice las conversaciones: la redacción de cuatro folios que recojan el relato poliédrico/político y el relato ético/conclusión mínima. Definimos una hoja de ruta para el diseño de estos folios. Por un lado, recuperamos las claves que se repiten una y otra vez: violencia, democracia/transición, derechos humanos y conflictos/conflicto político. Analizaremos qué compartimos y qué no en torno a cada tema. A continuación se realizará una valoración de lo sucedido aquí y ahora y expresaremos nuestros acuerdos, con el fin de fijar unas bases para que en el futuro no se repita lo sucedido. En esta situación hay miembros que comparten sus reflexiones personales con el grupo.

Paralelamente, el 14 de abril se organiza una mesa redonda: “La respuesta de la ley y la justicia a la violencia. ¿Todo vale?” Participan como ponentes José Ricardo de Prada, Carmen Lamarca e Iñigo Iruin. Este acto tiene gran repercusión y provoca declaraciones en contra de José Ricardo de Prada en los medios. En respuesta, el Foro acuerda redactar un escrito público de apoyo. Dicho escrito provoca ciertas incomodidades y para el futuro se percibe la necesidad de consensuar unos criterios para decidir cuándo debe emitir su opinión el Foro en los medios.

El 24 de mayo se organiza la mesa redonda “Mujeres en la construcción de paz aquí y en el mundo” en colaboración con la asociación Mugaz Gain. En ella participan Morena Herrera (El salvador), Rosalina Tuyuc (Guatemala) e Irantzu Mendia (EH). Después, los miembros del Foro y los ponentes, siguiendo la costumbre, cenan juntos en el restaurante Orbela.

 

El 26 de mayo recuperamos dos hechos significativos acaecidos en Tolosa: el asesinato de Juan Mari Jauregi y la desaparición y asesinato de Joxi Lasa y Josean Zabala. Sin negar otros sucesos graves, dos casos de violencia de diferente origen son tomados como muestra para analizar los efectos que han provocado en nosotros. Respondemos a las siguientes preguntas: ¿dónde estaba yo? ¿Cómo lo viví? ¿Qué influencia tuvo en mí? Supuso un ejercicio profundo de recuperación de las propias vivencias y de acercamiento a las vivencias del otro. En esta reunión recogimos en un papelógrafo las experiencias, efectos y reflexiones personales compartidas. Constatamos cómo se cruzaban nuestras vivencias. En la reunión de junio se dio continuidad a este ejercicio, intentando recuperar todo lo que nos resonó o nos tocó de cerca de aquello que escuchamos. Sin juzgar lo escuchado, hablando en primera persona. Aprovechando que en la reunión estábamos todos los miembros del foro, decidimos poner en claro los próximos pasos a dar. Tras examinar lo realizado hasta la fecha, se decide continuar con la reflexión interna y la organización de los actos hasta diciembre. La organización del ciclo de actividades de invierno se delega en un equipo de trabajo reducido y en reuniones venideras se decide tratar los siguientes temas: 1- Violencia (democracia y derechos humanos) y 2- Conflicto político (democracia y violencia). Y fijamos el procedimiento para llegar a los folios que recogerán las conclusiones mínimas compartidas de nuestro proceso de diálogo.

Gracias al procedimiento acordado el año anterior, la preparación de los eventos no resta excesivo tiempo a las reuniones, por lo que el ciclo de Invierno también lo gestiona un equipo reducido. Entre noviembre y diciembre se organizan tres mesas redondas con los siguientes temas: 1- Literatura, memoria y conflicto; 2- Medios de comunicación, construcción de la convivencia y memoria; 3- Mujeres y convivencia. Como en años anteriores y a falta de otras ofertas institucionales, el Foro aprovecha el día 10 de noviembre, Día de la Memoria para organizar algunas actividades.

En las reuniones de los meses siguientes se retoman y tratan los siguientes temas. Por un lado, se recupera el tema de las “víctimas” ya trabajado en años anteriores, ¿cómo acercarse y qué ofrecer? Y se cuestiona si la iniciativa corresponde al Ayuntamiento o al Foro. Por otro lado, abordamos el tema acordado de la “violencia”. Estos son algunos de los ejes tenidos en cuenta en las conversaciones: el causante y la víctima de la violencia, el contexto y los derechos humanos. Empezamos con la designación de la violencia, y en ese ejercicio nos damos cuenta de que las palabras que son un obstáculo para unos se han convertido en expresiones icónicas para otros. En las conversaciones mantenidas para nombrar y valorar de forma clara, decidida y compartida la(s) violencia(s) nos encontramos con dificultades para dar con un método consensuado. En este punto nos preguntamos: “¿cómo hacemos para que el documento que nazca de esta reflexión sea un documento de todos? Desde unos principios éticos, ¿hemos sido capaces de hacer una lectura común?” Al hacer una lectura de lo sucedido y de sus consecuencias, somos conscientes del peso que tiene en nosotros el contexto. Por lo tanto, con la intención de dar cabida a nuestras lecturas subjetivas, pero también con la voluntad de conseguir unas conclusiones compartidas, acordamos distinguir dos niveles a la hora de hacer el relato: el nivel político y el nivel ético. Al hacer una lectura política, nuestro objetivo sería encontrar los puntos de inflexión de las conexiones entre el contexto político y la legitimidad de la violencia. A la hora de construir el relato ético comentamos el ejercicio de autocrítica que cada uno deberíamos realizar. Del mismo modo, al hacer una lectura ética de lo ocurrido deberíamos hacerlo en base a unos principios compartidos. De momento, esa base la constituyen los derechos humanos. Viendo la evolución de las últimas reuniones nos preguntamos ¿qué relato podemos hacer de lo sucedido? Y recuperamos el concepto de Relato poliédrico. Pero en la elaboración de ese relato surge un debate ¿debemos designar o valorar lo ocurrido? ¿Y esa valoración tendría que ser ética o moral? A fin de avanzar, se propone recuperar todo lo tratado hasta el momento, elaborar un borrador y trabajar sobre el mismo, analizando conjuntamente los consensos y las discrepancias.

En resumen, en 2016 se organizaron más eventos que en otros años, en concreto seis, el doble que en años anteriores. Por otra parte, en este año, el trabajo de elaboración de los folios que recogerán el tema del relato o las conclusiones mínimas compartidas del proceso de diálogo del Foro, supusieron 8 reuniones, de las cuales la mitad se dedicó a definir marcos y metodologías diversas.