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5. Kontakizun poliedrikoa
Cuando era un crio que justo sabía leer, leí en la Cruz de los Caídos unas inscripciones de los “mártires” de la Patria, que correspondía a los nombres y apellidos un tío y un primo , que cuando mataron tenía sólo 16 años. Pregunte en casa a que correspondía y me hablaron de que había habido una guerra y sin dar más explicaciones. Fue una anécdota que me quedo grabada. Posteriormente comprendí que era un suceso doloroso para la familia y que no querían hablar de ello.
A los 16 años, hacia 1962 entro en EMUA. A partir de esa época viví un ambiente donde acudíamos a los Aberri Eguna, desplazándonos en vísperas para poder participar y pernoctábamos en casa de conocidos de modo indirecto. Del mismo modo en los Primeros de Mayo. En una de esas celebraciones le pegaron un tiro a un chico de Andoain que andaba con nosotros. Además participábamos en charlas de formación clandestinas en determinados sitios.
Por esa época, empezábamos a tener inquietudes laborales en la empresa y recuerdo que impulsamos la candidatura de Jokin Gorostidi para que fuera elegido como representante de los trabajadores en el contexto de entonces del sindicato vertical. También por ese tiempo recuerdo repartir propaganda clandestina en los pueblos cercanos, cómo la mayoría en aquella época.
Con ocasión del Juicio de Burgos participe en reuniones preparatorias de movilizaciones contra el mismo. En Emua un grupo de trabajadores comunico a la dirección que teníamos previstas huelgas de protesta. Jokin Gorostidi era uno de los procesados y ex trabajador de Emua. En esas fechas las movilizaciones en Tolosa fueron muy importantes y vivimos momentos de tensión como consecuencia de la represión. No participé en los Carnavales siguientes .
Los siguientes años participe fundamentalmente en una importante actividad de carácter sindical en la que Emua fue protagonista. La influencia de la incorporación de nuevos trabajadores en Emua con fuerte formación política y sindical pertenecientes a ORT, influyo en el ambiente laboral, donde yo estuve afiliado al Sindicato Unitario, siendo posteriormente delegado sindical. Ese periodo fue muy convulso con fuertes reivindicaciones laborales y sucedieron periodos con huelgas prolongadas, encerronas en la propia empresa en las que participe activamente, y despidos.
Fui miembro fundador de las Gestoras pro Amnistía de Tolosa, hasta su disolución como consecuencia de que salieron todos los presos. Dentro de las múltiples movilizaciones que se dieron en esa época, participe en la encerrona que se dio en la iglesia de los Franciscanos y que a su salida se dio la probablemente mayor manifestación de Tolosa.
En la transición, no vote a la Constitución pero vote afirmativamente al Estatuto de Autonomía. Participe como independiente en las listas de ORT en las elecciones municipales. Evoluciono posteriormente y a principios de los ochenta, me afilio a LAB, siendo delegado de empresa. En posteriores elecciones Municipales participe en las listas de HB. Participe en Elkarri como miembro del Taller de Tolosa.
Desde ese período he participado como uno más dentro de la movilizaciones de todo tipo del mundo de la Izquierda Abertzale, aunque en esos tiempos empiezo a no compartir algunas actuaciones y atentados de ETA.
Sobre todo empiezo a cuestionarme a ETA : con el atentado de Hipercor, viendo lo que fue, la muerte de jóvenes, empiezo a tener consciencia de lo injusto que ello era. Cuando asesinan a Juan Mari Jauregi, había hablado alguna vez con él, no de política, pero me parecía que era una buena persona un demócrata, eso también me dio que pensar, aunque no asistí a las movilizaciones que se organizaron. Y ya con el atentado de la T4, en la que matan a dos trabajadores y en medio de unas conversaciones como las de Loyola pensé: “¿pero a dónde vamos?”.
Hubo otras muertes que también me afectaron mucho. La muerte de Txirrita, estuve en el funeral. La desaparición y la aparición de los cuerpos de Joxi Zabala, mi vecino y Joxean Lasa, remero de nuestra sociedad. O el suicidio de Mikel Lopetegi en la cárcel, el también fue trabajador de EMUA. Participé en las protestas de condena.
Reconozco que cuando ETA empezó a matar no eramos conscientes de lo que iba a suponer, todo el sufrimiento que iba a suponer para todos. Ocurrían cosas que ayudaban a entender lo que hacían, pero llegó un momento en que supuso una carga demasiado pesada, no se podía entender. Cuando ETA dijo que lo dejaba fue un enorme alivio.