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2018. Se dejan de organizar actos dirigidos a la ciudadanía y se ponen todas las fuerzas en la reflexión interna.
En enero de 2018, se vuelve a elegir una mañana de sábado para dar impulso al tema del “relato”. Para ello se utiliza el tercer borrador del “documento de síntesis” y algunas actas significativas de años anteriores. En la conversación se observa que en los últimos años ha sido posible realizar una lectura histórica, política y humana del pasado de una manera amplia. Al compartir nuestro lugar en el contexto, hemos tenido la oportunidad de escuchar y aceptar múltiples y contradictorias perspectivas y posicionamientos. Tras poner esto en valor, se plantea la necesidad de hacer una lectura compartida del pasado desde el presente. A la hora de realizar esta lectura se entiende que la misma debería ser una contribución a la convivencia. Determinar las conductas, actitudes y dinámicas que han violado la convivencia sin juzgar ni desmentir a nadie. Pero se encuentran dificultades para llevar a cabo este ejercicio. En el intento de llegar a una conclusión compartida prevalecen los sentimientos de exclusión o imposición. La sensación de que “lo mío” no está recogido en esa conclusión, o de que me lleva a un lugar que no siento como “mío”. Así las cosas, ¿cómo llegar a una conclusión compartida por todos?
En opinión de la mayoría de los miembros del foro el tema se está alargando demasiado, por lo que de momento se decide no organizar los eventos y aprovechar las reuniones hasta el verano para cerrar el tema. Por lo tanto, a la vista de las preocupaciones y sensaciones que existen, se acuerda adoptar el siguiente camino en las próximas reuniones. Se descarta el método de “síntesis” empleado hasta la fecha para lograr un relato único y al hablar del relato se distinguen dos tipos. Por un lado, el Relato poliédrico, basado en las vivencias personales, que comenzará en la fecha que cada cual decida, y que a falta de consenso exigirá al menos respeto, que dará un lugar a la trayectoria de cada una de las personas del Foro y que recogerá coralmente las múltiples verdades de lo acontecido. Por otra parte, el Relato ético, la lectura moral o ética que podemos hacer hoy, centrada en los derechos humanos y la dignidad humana, que supone un marco discursivo compartido que da cabida a todos, que tiene que ser consensuado, expresando una actitud compartida para que no se repita lo ocurrido en el futuro. A la hora de abordar esto último se han encontrado dificultades al tratar ciertos aspectos, como ya ocurriera en sesiones anteriores. Es decir, no todas las violencias se han vivido de la misma manera, por lo que rechazarlas todas del mismo modo no es sencillo y, a pesar de estar de acuerdo con el respeto a los derechos humanos, se manifiestan dificultades para ver algunos hechos como vulneraciones. Para hacer frente a estas dificultades, se considera oportuno tomar en cuenta la vulneración y no quién la ha ejercido, designando de la misma manera vulneraciones equivalentes y, para dar cabida a todo tipo de vulneraciones y evitar la confusión, nombrar todas las formas de violencia ejercidas.
Cada vez más, el grupo va tomando conciencia de que este ejercicio que se está realizando se hará público. Que estamos tratando de encajar el largo recorrido del Foro en el espacio limitado de un folio. Esto a su vez genera otra duda ¿Cómo se va a interpretar el trabajo y la trayectoria del Foro? ¿Desde la dinámica de perdedores y ganadores? ¿Será nuestra trayectoria y los resultados obtenidos juzgada como suficiente o insuficiente? Esto también genera una gran preocupación entre los miembros y tendrá influencia en futuras discusiones.
En cuanto al relato poliédrico, se pide una cierta “armonía” entre los diferentes escritos, estableciendo unos criterios para ello: que el relato sea sincero y veraz, que a la hora de relatar lo sucedido el objetivo sea mostrar visiones y actitudes personales evitando justificaciones o juicios a los demás, entre otros.
A la hora de abordar el relato ético se empieza a trabajar en un “marco discursivo compartido” que dé cabida a todos. En este trabajo se encuentran dificultades para consensuar la terminología. Aunque en principio los términos se aceptan en su significado literal, se entiende que el uso que se les ha dado hasta la fecha o el hecho de haber sido utilizado por una parte lo contamina. Algunos ejemplos de este debate son la palabra “injusto” o la palabra “tortura”. Según avanzamos en esta tarea y sobre la base compartida de los derechos humanos, el relato ético recoge los siguientes elementos: determinar los tipos de vulneraciones y quiénes han sido los responsables de las mismas, y el reconocimiento del sufrimiento causado. En cuanto al reconocimiento, se observa que cada uno debe hacerlo en su justa medida, los autores directos, los indirectos y la sociedad en distintos niveles. En este sentido, en la medida en que cada miembro del Foro también se siente parte de lo sucedido y siempre desde su ámbito de responsabilidad, se considera
oportuno realizar un ejercicio personal de autocrítica. Revisar las acciones y actitudes propias desde una perspectiva actual. Tratándose de una cuestión personal, parece oportuno que cada cual lo incorpore a su relato poliédrico.
En reuniones posteriores se hace cada vez más patente el cansancio de los miembros del foro. También se van evidenciando lagunas en las reuniones, por lo que una vez clarificada la forma en que se abordará el tema de los Relatos, a la vista de cuáles son los conceptos conflictivos, queda consensuar el relato ético compartido. El profundo conocimiento mutuo supone tomar conciencia de las dificultades que existen para llegar a consensos y esto genera preocupación en el grupo. Para avanzar, la persona dinamizadora presenta en junio un borrador de trabajo, incorporando las conversaciones llevadas a cabo y los documentos aprobados. En próximas reuniones se irá trabajando y corrigiendo el texto.
Por otro lado, antes del verano, el Foro recibe dos cartas. En una de ellas, una víctima local expresa su dolor y hace una valoración sobre un acto político organizado en la plaza Pizkunde; y en la otra, un ciudadano nos hace llegar su aportación en torno al reconocimiento y la verdad. Se realizan dos reuniones para tratar este asunto y, tras las conversaciones mantenidas, las cartas se responden en nombre del Foro. En este sentido, se plantea la preocupación de que en el futuro el Foro se integre en una dinámica de respuesta, ya que esta situación genera una gran tensión entre los miembros del foro.
La última reunión del año se celebra en septiembre y se sigue trabajando en el borrador para consensuar el relato ético. Una vez consensuado este documento se prevé iniciar la fase de cierre del recorrido del foro. Con el fin de abordar esta fase de una manera organizada, y a la vista del cansancio de la mayoría de los miembros y las dificultades para asistir a las reuniones, se acuerda crear un grupo de trabajo que avance es esa dirección.